En este nuevo escenario, la habilidad de gestionar la creatividad de los Recursos Humanos es una ventaja competitiva de las empresas.
Estamos en crisis. Sí, pero ¿crisis de qué? En mi opinión, es una crisis de visión y creatividad empresarial. Y ésta nos mantiene en la otra crisis, la económica. Y tengo la intuición de que la crisis de visión y creatividad existía mucho antes que la económica. Pero, con la aparente abundancia de recursos para casi cualquier proyecto que se nos pudiera ocurrir, no se notaba mucho su existencia. Ahora no sólo se nota sino que es un grave problema para la supervivencia de las empresas.
Muchos de los modelos empresariales que han existido durante los últimos veinte años ya no funcionan. Aferrarse al pasado y esperar a ver si pasa la crisis para continuar con el mismo modelo no parece sensato. Y sé que es difícil convencerse de la necesidad de cambiar cuando en un pasado nuestra empresa funcionó perfectamente. Es el momento, obligado, de la creatividad en los modelos empresariales y de la innovación en la estrategia. No debe consolarse con el mal de muchos. Y tómese esta crisis como ese período extraordinario que permite introducir cambios que en otras circunstancias jamás nos los hubiéramos planteado.
Muchas son las variables que deben tener en cuenta en este nuevo escenario. Sin embargo, suponiendo que la empresa tiene algo que valoran los clientes, hay dos variables que cada vez adquieren mayor importancia: quién le acompaña fuera de la empresa y quién le ayuda dentro.
Sobre las posibles alianzas externas, más fáciles y necesarias ahora, hablaremos en otra ocasión. No obstante, sí quisiera realizar una breve reflexión sobre los Recursos Humanos, sobre los profesionales que le deben acompañar al éxito.
Hemos formado, y financiado públicamente, durante años a la que todos quieren llamar “la generación mejor formada de nuestra historia”. Jóvenes talentos que ahora, en el mejor de los casos, devolverán los resultados de esta inversión a empresas de otros países que están encantados de recibir estos Recursos Humanos, altamente cualificados, completamente gratis. Y, por si esto fuera poco, utilizando la excusa de la crisis y la rentabilidad empresarial, nos estamos deshaciendo de profesionales con una experiencia incalculable. Dejarles marchar, u obligarles, puede ser la solución a corto plazo de problemas de liquidez. Pero con su marcha se va también un importante activo de la empresa. Es la solución más fácil. Es como si para recortar gastos lo primero que se nos ocurre es poner bombillas de bajo consumo o que la limpieza se realice sólo dos días a la semana. Y no está mal. Pero, ¿de verdad es esta la solución? No. La solución pasa por trabajar seriamente en el ámbito de la estrategia de su empresa para identificar oportunidades, comprender el nuevo escenario e interpretar de forma valiente y creativa las necesidades de sus clientes actuales o potenciales. Y para ello, ¿qué mejor que contar con esos profesionales que le han acompañado hasta ahora y que acumulan experiencia, conocimiento y talento? Y, si bien es verdad que la experiencia puede dejarse influenciar por una inercia que no permita fluir libremente la creatividad, tenga en cuenta que incluir en su grupo a profesionales jóvenes aportaría esa frescura e innovación que necesita para generar nuevas ideas. Inténtelo y no lo dude, no hacer nada es permanecer en la crisis y condenar a su empresa. Lidere el cambio. El esfuerzo merece la pena.